Objeto de una preocupación creciente, la alteración endocrina se confunde muy a menudo con el concepto de modulación endocrina, que hace que una sustancia interactúe con el sistema hormonal sin alterarlo. Esta modulación endocrina es completamente benigna para la salud humana y ambiental, bajo las condiciones de uso de la sustancia en cuestión: su concentración en el producto terminado, el área de aplicación o la frecuencia de uso. Así, somos muchos los que consumimos café, chocolate o soja, cuando se sabe que estas sustancias interactúan con el sistema hormonal. En las cantidades consumidas habitualmente, todos sabemos que el café, el chocolate o la soja son completamente inofensivos para la salud.
Definición de un disruptor endocrino
Según la definición oficial dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), "un disruptor endocrino es una sustancia o mezcla de sustancias, que altera las funciones del sistema endocrino y, como resultado, induce efectos adversos en un organismo intacto, en su descendencia o dentro de (sub) poblaciones"
Por tanto, un ingrediente es considerado un disruptor endocrino si, y sólo si:
- se establece una relación directa entre el ingrediente y la desregulación hormonal, y
- se observan efectos nocivos sobre el sistema hormonal en humanos y / o en la fauna.
Tomemos el ejemplo de los parabenos, como el metilparabeno y el etilparabeno: efectivamente se observa un efecto de modulación endocrina, pero que no conduce a efectos nocivos ni para los humanos ni para la naturaleza. Por lo tanto, no son disruptores endocrinos, sino moduladores endocrinos.
Nuestros compromisos
Hoy en día no utilizamos ningún ingrediente definido como disruptor endocrino por la OMS, y ninguno de los ingredientes que utilizamos en nuestros productos tienen efectos nocivos sobre la salud humana ni ambiental en las condiciones en las que los utilizamos: porcentaje en el producto terminado, área y frecuencia de aplicación. Si hay la menor duda o evidencia científica de un efecto nocivo de nuestros ingredientes, resultante de una interacción con el sistema hormonal, lo eliminamos de nuestros productos.
Después de 15 años desarrollando conocimientos y métodos científicos sólidos, hemos establecido una plataforma importante de tests predictivos, para garantizar la seguridad de nuestros consumidores y la protección del medio ambiente. Estas pruebas nos permiten detectar la capacidad de los ingredientes para interactuar con diferentes receptores hormonales.
Nuestra Investigación e Innovación sigue llevando a cabo, en la actualidad, investigaciones sobre modulación y disrupción endocrina en colaboración con investigadores externos como el Dr. Patrick Balaguer del Instituto Nacional de Investigación Médica y de Salud (INSERM, Montpellier) o mediante el proyecto FEATS en colaboración con el Instituto Nacional de Medio Ambiente Industrial y de Riesgos (INERIS) y el proyecto europeo ERGO. Este último está financiado por la Comisión Europea y reúne a socios académicos internacionales, fabricantes y representantes de autoridades reguladoras.
La posición de la comisión europea
En el marco del Reglamento Europeo de Productos Cosméticos, la Comisión Europea ha identificado 28 sustancias sospechosas de ser disruptores endocrinos. El Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores (CSSC) es responsable de examinar su posible actividad endocrina perjudicial para la seguridad del consumidor. Un primer grupo de 14 sustancias está siendo tratado prioritariamente en 2020. Por nuestra parte, nos comprometemos a tomar las medidas apropiadas tan pronto como conozcamos los resultados de este estudio.
La seguridad del consumidor es nuestra máxima prioridad. Todos nuestros ingredientes y productos son evaluados sistemáticamente por su seguridad y calidad.