Respetamos las reglamentaciones más estrictas del mundo y nos esforzamos por ir más allá cuando es posible.
Conformidad con las reglamentaciones cosméticas más estrictas del mundo
En L'Oréal cumplimos con las reglamentaciones más estrictas del mundo (p.e. la de la Unión Europea o la de Estados Unidos), así como con las de cada uno de los países donde se venden nuestros productos.
Por ejemplo, en la Unión Europea, las reglamentaciones evolucionan teniendo en cuenta los progresos científicos. Las decisiones las toman las autoridades sanitarias de los Estados miembro a propuesta de la Comisión Europea. Se basan en las opiniones de expertos europeos independientes que se reúnen en el seno del Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores (CSSC).
En relación a nuestras comunicaciones sobre el producto (reivindicaciones/alegaciones) por ejemplo, que se realizan en nombre de y por L’Oréal directamente o por terceros, respetan todas las leyes nacionales, códigos de buenas prácticas y de autorregulación y el Código Ético, así como los principios del Grupo.
Cualquiera que sea la forma que tomen (packaging, TV, digital…) y cualquiera que sea el objetivo al que vayan dirigidas (consumidores, peluqueros, dermatólolgos, farmacéuticos, periodistas de belleza, etc.), todas nuestras comunicaciones sobre productos están concebidas de manera que sean honestas y permitan una elección informada.
Ir más allá de las reglamentaciones siempre que sea posible
El esfuerzo de L’Oréal es ir más allá de las reglamentaciones y responder a las expectativas de sus consumidores y a las tendencias que observamos.
Por ejemplo, nos hemos prohibido utilizar ciertos ingredientes autorizados que no satisfacen nuestros criterios internos. Hemos decidido dejar de utilizar el dietilftalato o el triclosán y reducir las concentraciones de uso de parafenilendiamina (PPD) en nuestras coloraciones capilares. Todo ello cuando todavía las reglamentaciones internacionales vigentes permiten utilizarlos.
Por ello, a menudo nos anticipamos a las evoluciones reglamentarias retirando de nuestras fórmulas, a veces con varios años de antelación, ingredientes que se han prohibido posteriormente. Por ejemplo, el ftalato, prohibido por la reglamentación cosmética en 2004, se había retirado proactivamente de nuestras fórmulas desde 2002.
Otro ejemplo es cuando en enero de 2014, el Grupo se comprometió a eliminar de sus productos con aclarado las microesferas de plástico utillizadas como exfoliantes antes de 2017. Este compromiso se logró en enero de 2017, es decir, cerca de un año antes de que la reglamentación lo impusiera. La industria cosmética actuó también de manera proactiva sobre esta cuestión, como lo recuerda frecuentemente Cosmetics Europe, nuestra patronal europea, a pesar de que nuestra industria se considera como un potencial contribuyente extremadamente menor a la cantidad total de residuos plásticos acuáticos.