Objeto de una preocupación creciente, la alteración endocrina se confunde muy a menudo con el concepto de modulación endocrina, que hace que una sustancia interactúe con el sistema hormonal sin alterarlo. Esta modulación endocrina es completamente benigna para la salud humana y ambiental, bajo las condiciones de uso de la sustancia en cuestión: su concentración en el producto terminado, el área de aplicación o la frecuencia de uso. Así, somos muchos los que consumimos café, chocolate o soja, cuando se sabe que estas sustancias interactúan con el sistema hormonal. En las cantidades consumidas habitualmente, todos sabemos que el café, el chocolate o la soja son completamente inofensivos para la salud.
Definición de un disruptor endocrino
Según la definición oficial dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), "un disruptor endocrino es una sustancia o mezcla de sustancias, que altera las funciones del sistema endocrino y, como resultado, induce efectos adversos en un organismo intacto, en su descendencia o dentro de (sub) poblaciones"
Por tanto, un ingrediente es considerado un disruptor endocrino si, y sólo si:
- se establece una relación directa entre el ingrediente y la desregulación hormonal, y
- se observan efectos nocivos sobre el sistema hormonal en humanos y / o en la fauna.
Tomemos el ejemplo de los parabenos, como el metilparabeno y el etilparabeno: efectivamente se observa un efecto de modulación endocrina, pero que no conduce a efectos nocivos ni para los humanos ni para la naturaleza. Por lo tanto, no son disruptores endocrinos, sino moduladores endocrinos.
La posición de la Comisión Europea
La Comisión Europea decidió que 20 sustancias fueran reevaluadas por el Comité Científico Europeo debido a sus posibles efectos disruptores endocrinos en la salud humana. Ha emitido una opinión favorable para 18 sustancias desde 2021. Las evaluaciones sobre las sustancias restantes están en curso.
Nuestros compromisos
Estamos comprometidos a monitorear los datos científicos más recientes y a tomar las medidas apropiadas tan pronto como los resultados del Comité Científico Europeo estén disponibles.
Basándonos en 20 años de desarrollo de conocimiento y métodos científicos robustos, hemos establecido una importante plataforma de pruebas predictivas para asegurar la seguridad de nuestros consumidores y proteger el medio ambiente. Estas pruebas nos permiten detectar si algún ingrediente interactúa con diferentes receptores hormonales.
Nuestra división de Investigación e Innovación continúa llevando a cabo investigaciones sobre la modulación y la disrupción endocrina, en colaboración con investigadores externos como el Dr. Patrick Balaguer del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM, Montpellier) o a través del proyecto FEATS en asociación con el Instituto Nacional de Medio Ambiente Industrial y Riesgos (INERIS) y el proyecto europeo ERGO. Este proyecto está financiado por la Comisión Europea y reúne a socios académicos internacionales, profesionales de la industria y representantes de autoridades reguladoras.